Rosita, miembro de la compañía hispana Sorrento, en Florida, se encontraba sin poder dormir una noche tratando de descubrir la razón por la cual no se atraía más personas hacia Cristo. Hace 10 años que se unió a la iglesia y no veía un crecimiento significativo en su vida de misión. Se sentía estática, y tanta inactividad le estaba resultando incómoda. Hundida en estos pensamientos recordó el consejo que tantas veces había escuchado en la iglesia, de adoptar el método que Jesús utilizaba para atraer almas al Reino de los Cielos. Es muy sencillo: brindando un amor e interés sinceros por quienes lo rodeaban. Rosita Sintió que que el Espíritu de Dios estaba trabajando en su mente esa noche. Entre vueltas y vueltas en su cama, pensó: “¿por qué no acercarme a la gente regalando flores? Si voy con un panfleto no me abrirán la puerta, pero las flores van a tener otra reacción.” Comenzó a hacer una lista de conocidos concentrándose especialmente en mujeres, y el número llegó a 30. Inmediatamente su sueño se chocó con la realidad al pensar en el costo de las flores. Si bien no era un pensamiento muy feliz, no perdió su entusiasmo. Se dio cuenta de que yendo a comer algo a un restaurante o en cualquier actividad intrascendente, ella gastaba un mínimo de 30 dólares. Por el contrario, este plan que estaba organizando tenía una meta de salvación. Fue así como a las 7:00 de la mañana llamó a una señora de la iglesia que trabaja en un negocio que se especializa en la venta de orquídeas. Inmediatamente consiguió un 50 por ciento de descuento. Compró algunas plantas a 6.00 dólares y comenzó a regalarlas. Para su alegría la mayoría de las personas la invitaban a regresar. Esto la entusiasmó a continuar. Pronto recibió un descuento aún mayor: ahora pagaría 2 dólares por planta. Con cada orquídea regala una revista Centinela. Luego de hablar de temas de interés de la persona a quien está visitando, antes de retirarse le pregunta si tiene algún motivo de oración. Muchas veces recibe la respuesta: “llegaste en el momento justo.” En muy pocas ocasiones la gente se niega a orar. En la actualidad está orando por más de 60 personas. Si lo ve prudente, lee un pasaje bíblico. Ya lleva regaladas más de 160 orquídeas. Al relatar su experiencia, Rocita dijo: “Esta actividad es tan gratificante que no puedo parar.”
La iglesia se contagió del entusiasmo de Rosita, y son varios los que participan de la actividad. Es asombroso notar cómo a quien desea compartir con otros el amor de Cristo, él le da los medios para hacerlo y lo bendice con paz y gozo.
Hispanic | July 2018
Comments are closed.