José Martínez había sido arrestado debido a su estatus migratorio en este país. Cuando su esposa Esther se enteró, suplicó a sus amigos que oraran por su libertad. Sabía que esto era algo imposible y solo se podía esperar un milagro. En su niñez Esther había asistido a la iglesia adventista con su abuela e incluso se había bautizado. Luego, al venir a los Estados Unidos, la adaptación al nuevo país y todos los problemas que normalmente aparecen en esta situación la habían alejado de Dios. Mientras José esperaba en prisión la decisión sobre su caso, conoció a un adventista arrestado por la misma razón. Hasta ese momento este hombre se había desempeñado como anciano de su iglesia. El nuevo amigo comenzó a orar por José. Le pedía a Dios que le devolviera la libertad para poder reunirse con Esther y su hijita de dos años. Luego de algunas semanas le ofreció estudios bíblicos. José no mostró mucho interés pero aceptó y poco a poco comenzó a interesarse. La pasión que este hombre mostraba por compartir el amor de Dios impresionó su alma atormentada.
Dos meses más tarde este amigo fue deportado. Antes de partir le dejó su Biblia y el juego de lecciones que habían estado estudiando juntos. Así se despidieron.
Las semanas continuaron corriendo y luego de un tiempo, el oficial a cargo repentinamente le dijo a José que saldría al día siguiente. En su pobre inglés él entendió que saldría de prisión pero no estaba seguro si es que esto significaba que podría quedarse en este país o debía regresar al suyo. Tenía miedo de preguntar. Esa noche oró con mucho fervor. No importaba lo que sucediera, su petición era que su esposa e hijita estuvieran bien. Con la seguridad de la protección de Dios juntó sus pertenencias y la Biblia que había recibido. En la mañana fue llevado a la puerta de entrada y alguien le dijo las palabras mágicas: eres LIBRE. Esa palabra era muy clara para él, y el hecho de que lo sucedido era un milagro era aún más claro. Cuando finalmente se reunió con su familia, Esther y José decidieron seguir a Dios.
Mientras estaba en prisión, uno de sus vecinos había cuidado de Esther y su hija. Este hombre era el anciano de la iglesia Breath of Life church en Memphis, Tennessee. Ellos acordaron seguir estudiando la Biblia con él y el día 20 de octubre, este hombre tuvo el gozo de bautizarlos.
Este fue uno de los muchos testimonios del trabajo de los ancianos de iglesia. Uno de ellos tenia el deseo de compartir el amor de Dios en su corazón, aún estando en prisión. El otro, se ocupó de las necesidades de una madre y su hijita, y luego presentó el mensaje a través de la Biblia. El resultado, la salvación de una familia.
Cuando el apóstol Pablo instruyó a Timoteo en el tema de los ancianos de iglesia y los diáconos, no se enfocó en las tareas que debían cumplir. En lugar de esto, resaltó las cualidades de carácter que debían buscarse en la elección de estos líderes (1Timoteo 3). Él estableció claramente que quien aspire a esta posición debe saber que esta es una tarea noble, y la misma debía ser ocupada por alguien digno de confianza. Además de describir al anciano como modelo a seguir en lo que se refiere a familia y sociedad, dice que debiera ser apto para enseñar y digno de respeto. En el contexto de los escritos de Pablo, una persona digna de confianza y respeto es aquella cuya vida está escondida en Dios y por lo tanto, sus obras son las obras del Maestro. La pasión de Jesús en esta tierra fue testificar acerca de su Padre a través de su vida y sus enseñanzas. Esta entonces debiera ser la tarea más importante y la pasión de quienes se encuentran frente a las iglesias.
El departamento hispano de la Unión del Sur y los departamentos afines de las asociaciones que la comprenden, han estado abocados a la tarea de grabar este concepto en las iglesias. A través de retiros y seminarios preparados especialmente para ellos, se ha difundido una cultura de servicio y preparación espiritual. La idea es que no se perciba la tarea del anciano meramente como quien está a cargo de la organización de los servicios sabáticos, los anuncios y eventualmente la visita a los enfermos. Quien ocupa esta posición tan noble debe tener un profundo deseo de traer almas a los pies de Cristo y ser una motivación para la congregación en este aspecto.
Con esta visión en en mente, los departamentos hispanos de varias asociaciones de la Unión del Sur hablaron con los administradores locales para presentarles un plan que contó con su aprobación. El sábado 20 de octubre fue designado como día de bautismo de aquellas personas que vinieron a Cristo como resultado del trabajo dedicado de los ancianos, y ellos tuvieron el privilegio de oficiar la ceremonia. Se llevaron a cabo bautismos en varias localidades. Fue un día de gozo e inspiración. Los testimonios presentados en cada uno de los eventos trajeron lágrimas de emoción a muchos de los asistentes y permitieron que todos fueran testigos del gozo que estos ancianos experimentaron al ver el trabajo del Espíritu Santo en ellos, y en las personas para quienes trabajaron.
El sábado 20 de octubre hubo alrededor de 130 bautismos llevados a cabo por ancianos de ilgesia en el territorio de la Unión del Sur. El acto final de poder participar activamente en la ceremonia en la que aquellas personas por las que trabajaron con dedicación sellan su pacto con Dios los ha motivado a continuar este trabajo de amor. Todos ellos desean traer más almas a Jesús en el 2019. Si continúan dejándose guiar por el Espíritu, muchas personas vendrán a los pies del Salvador.
Hispanic | January 2019
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